(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 06.04.2025).- En una tranquila mañana del domingo 6 de abril, una modesta camioneta partió de Nápoles hacia Roma, transportando a una mujer con una misión. La hermana Francisca Battiloro, de 94 años, confinada a una silla de ruedas y soportando la fragilidad de la edad con una gracia que llama la atención, se dirigía hacia lo que creía que podía ser su última peregrinación. Su objetivo: pasar por la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro durante el Jubileo de los Enfermos y de los Agentes Sanitarios. Ella no buscaba un espectáculo sino un momento de gracia. Pero el cielo, como suele ocurrir, tenía otros planes.
Sor Francisca, nacida Rosaria y clausurada desde los ocho años, ha pasado los últimos 75 años en el silencio de la Orden de la Visitación. Tomó el nombre de San Francisco de Sales, a quien atribuye un sueño curativo que una vez le salvó la vida, y eligió una vida de intercesión silenciosa. El 6 de abril, acompañada de algunos familiares y amigos, llegó a Roma con una oración en el corazón: cruzar el umbral del Jubileo como último acto de agradecimiento.
Debido a su condición, se le concedió un paso privado a través de la Puerta Santa, mientras 20.000 fieles se reunían afuera, en la Plaza de San Pedro, para la celebración pública. Ella estaba orando cuando ocurrió algo completamente inesperado.
Un pequeño grupo de hombres trajeados entró en la Basílica. Entre ellos, otra silla de ruedas. Y en ella, el Papa Francisco.
Fue su primera aparición fuera de un hospital desde que fue ingresado en el Gemelli por un ataque de neumonía. Su presencia en la Basílica debía ser breve y simbólica: confesión, oración y salida tranquila. Estaba previsto un saludo sorpresa a la multitud. Lo que no estaba planeado fue el encuentro que se desarrolló en la nave central.
Dos sillas de ruedas se encontraron bajo la cúpula de Miguel Ángel, en el corazón del mundo católico. Sor Francisca había pedido a Dios sólo esperar el Jubileo. Terminó estrechando la mano del Papa.
“No quería dejarlo ir”, dijo después, con la voz temblorosa de alegría, a los medios del Vaticano, camino de regreso a Nápoles. Le había pedido esto a Dios, pero pensé que era imposible. ¡Y aun así, Él me envió al Papa!
Su breve conversación estuvo llena de humor y recuerdos. “¿Eres una de esas monjas de Nápoles?” El Papa bromeó, en una referencia divertida al famoso y entusiasta encuentro que tuvo en 2015, cuando un grupo de hermanas de clausura napolitanas lo rodeó con entusiasmo, lo que llevó al entonces cardenal Sepe a llamarlas al orden. La hermana Francisca no había estado entre ellos ese día, pero había estado en la catedral, observando desde la distancia.
Ahora, una década después, su momento había llegado.
Recordó sus anteriores encuentros con San Juan Pablo II, durante su servicio temporal como enfermera en un monasterio romano. Pero nunca había hablado sola, durante diez minutos completos, con un sucesor de Pedro.
«Le dije que había estado orando mucho por su recuperación», dijo, suavizándose la voz. Ofrecí mi vida a Jesús para que sanara. Y le pedí al Señor que, cuando llegue mi hora, muera en un acto de puro amor. Eso es lo que más deseo: el encuentro definitivo con Él.
El Papa escuchó, sonrió y recibió a cambio su bendición.
Este encuentro inesperado, que se desarrolló silenciosamente mientras las cámaras esperaban afuera, se convirtió en uno de los momentos más íntimos del fin de semana del Jubileo, no registrado por los fotógrafos oficiales, pero preservado en la memoria como una sorpresa sagrada.
Al salir de San Pedro, Sor Francisca estaba radiante. “Me voy a casa feliz”, dijo. Había deseado tanto este encuentro. Y ahora es mío. Dios escucha… incluso las cosas pequeñas. Y puntualiza: “Le pedí a Dios: “Quiero encontrar al Papa”. Y sólo a Él, ¡eh! A nadie más… Pensaba que era imposible, pero fue el Papa quien vino a mi encuentro. Parece que cuando pido algo al Señor, siempre me lo concede”.
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The post Entró a los 8 años al convento. Con 94 se encuentra sorpresivamente al Papa Francisco en la basílica vaticana. Así sucedieron las cosas appeared first on ZENIT – Espanol.
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