(ZENIT Noticias / Aitou, 15.10.2024).- El lunes 14 de octubre, una tragedia golpeó el pequeño pueblo de Aitou, predominantemente cristiano, en el norte del Líbano, cuando un ataque aéreo israelí contra un edificio residencial se cobró la vida de al menos 23 personas. El bombardeo, parte de las operaciones militares en curso de Israel, ha vuelto a causar devastación en un país que ya se enfrenta a una multitud de crisis.
El edificio atacado había servido en su día como oficina de prensa para Al-Manar, una cadena de televisión afiliada a Hezbolá, durante el conflicto de 2006 entre Israel y el grupo militante libanés. Sin embargo, en los últimos meses, el edificio se había convertido en un refugio para familias chiítas que huían de las ofensivas israelíes en el sur del Líbano. Muchos de los residentes eran ancianos o familias con niños pequeños que escapaban de la violencia sólo para encontrarse de nuevo en su punto de mira.
El momento trágico
Según se informa, el ataque aéreo fue provocado por la llegada de un representante de Hezbolá al edificio. Según fuentes locales, el representante estaba allí para distribuir dinero a las familias desplazadas. A los pocos minutos de su llegada, el edificio fue alcanzado por una andanada de bombas, reduciéndolo a escombros. Entre los muertos había mujeres, niños y ancianos, personas que ya habían sufrido por el conflicto en curso y buscaban refugio lejos de la línea del frente.
El incidente ha dejado a muchos ciudadanos libaneses preguntándose cómo las fuerzas israelíes sabían el momento preciso de la visita del representante de Hezbolá. Un comentarista local expresó la inquietud que sentían muchos, diciendo: «El pueblo libanés se está preguntando una vez más cómo pudo Israel saber la hora exacta en que llegaría su objetivo».
Una estrategia más amplia contra Hezbolá
Los analistas militares sugieren que el ataque aéreo puede ser parte de un esfuerzo israelí más amplio para socavar los recursos financieros de Hezbolá. El grupo, que ya sufre el colapso financiero del Líbano desde 2019, depende en gran medida de las reservas de efectivo para mantener su influencia y sus operaciones. Al atacar no solo los depósitos de armas sino también los alijos financieros, las fuerzas israelíes están tratando de cortar la infraestructura de apoyo de Hezbolá.
En un contexto más amplio, el conflicto entre Israel y Hezbolá se ha caracterizado por escaladas periódicas y ataques de represalia. Este incidente en particular ha intensificado el escrutinio sobre la estrategia militar de Israel en el Líbano, lo que ha suscitado preocupaciones sobre el costo continuo de las vidas de los civiles y las implicaciones a largo plazo de atacar áreas alejadas de los bastiones de Hezbolá en el sur del Líbano.
El Papa Francisco pide respeto a las fuerzas de paz de la ONU y alto el fuego
El trágico ataque aéreo se produce en medio de una creciente preocupación internacional por la escalada de violencia en la región. El Papa Francisco, hablando desde el Vaticano el domingo 13 de octubre, pidió un alto el fuego inmediato en todos los frentes de Oriente Medio. Su llamamiento llega tras varios incidentes recientes en los que las fuerzas israelíes hirieron al menos a cinco soldados de paz de la ONU estacionados en el Líbano.
Casi 10.000 soldados de paz de la ONU de 50 países diferentes, junto con 800 funcionarios civiles, están actualmente estacionados en el Líbano para ayudar a mantener la estabilidad. El Papa destacó la importancia de respetar su misión y expresó su solidaridad con quienes se encuentran atrapados en el conflicto.
«Sigo con preocupación lo que está sucediendo en Oriente Medio y pido, una vez más, un alto el fuego inmediato en todos los frentes», dijo el Papa. «Que se sigan los caminos de la diplomacia y el diálogo para lograr la paz. Expreso mi cercanía a todos los afectados en Palestina, Israel y Líbano. Pido respeto a las fuerzas de paz de la ONU y rezo por todas las víctimas, los desplazados y los rehenes, esperando que sean liberados pronto».
El Papa Francisco condenó además el ciclo de odio y venganza que alimenta la violencia, calificando la guerra de «ilusión, una derrota para todos, especialmente para aquellos que se creen invencibles».
Líbano: una nación atrapada en el fuego cruzado
El Líbano, un país ya agobiado por la inestabilidad política, el colapso económico y una crisis de refugiados, ha visto ahora cómo se reaviva la guerra entre Israel y Hezbolá en su territorio. La región norte, históricamente menos afectada por el conflicto, se ha convertido cada vez más en un objetivo en la búsqueda israelí de neutralizar la presencia de Hezbolá.
Para el pueblo libanés, la destrucción en Aitou es otro capítulo doloroso en una larga historia de sufrimiento. Mientras la comunidad internacional observa, la pregunta sigue siendo: ¿cuántas vidas civiles más se perderán antes de que la violencia disminuya?
El ataque a Aitou es un duro recordatorio del costo humano de este conflicto en curso. Mientras se desarrollan las estrategias militares entre Israel y Hezbolá, son los civiles (familias, niños, ancianos) quienes soportan la peor parte de la violencia. Mientras los llamados a la paz se hacen cada vez más fuertes, el mundo espera ver si la diplomacia puede poner fin al derramamiento de sangre antes de que se pierdan más vidas inocentes.
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