(ZENIT Noticias / Nueva York, 05.10.2024).- En una dramática escalada del actual ajuste de cuentas financiero y moral por los abusos clericales dentro de la Iglesia Católica, la Arquidiócesis de Nueva York ha presentado una demanda contra su proveedor de seguros de larga data, Chubb. La arquidiócesis acusa a Chubb de no cumplir con sus obligaciones contractuales, dejando que la Iglesia cargue con los costos de los acuerdos relacionados con las reclamaciones por abusos clericales, un problema que ha afectado a la institución durante décadas.

La demanda, encabezada por el cardenal Timothy Dolan, alega que Chubb ha eludido su responsabilidad de cubrir los acuerdos financieros relacionados con estas reclamaciones por abusos, a pesar de haber recibido miles de millones de dólares en primas de seguros de la arquidiócesis durante muchos años. En una carta a los fieles, el cardenal Dolan expresó su profunda frustración con la aseguradora, enfatizando que si bien la Iglesia ya ha resuelto más de 500 casos de abuso sin el apoyo del seguro, todavía hay aproximadamente 1.400 casos pendientes que necesitan atención.

“Nuestra prioridad siempre ha sido llevar paz y sanación a los sobrevivientes resolviendo todas las reclamaciones válidas lo más rápido posible”, escribió Dolan. “Sin embargo, Chubb, nuestra aseguradora principal durante décadas, habiendo recibido más de 2 mil millones de dólares en primas, ahora está intentando evadir su responsabilidad legal y moral de resolver las reclamaciones cubiertas”.

En el centro de la disputa está el argumento de Chubb de que el abuso fue “esperado o intencionado” por la Iglesia, una afirmación que, de probarse, invalidaría la cobertura del seguro. El cardenal Dolan rechazó firmemente esta afirmación, calificándola de “falsa” y “escandalosa”, y acusando a la compañía de priorizar sus ganancias sobre la justicia para los sobrevivientes.

La demanda, presentada bajo la Ley General de Negocios de Nueva York, acusa a Chubb de participar en prácticas comerciales engañosas, alegando que la aseguradora ha fallado tanto a la Iglesia como a los sobrevivientes de abuso al negarse a pagar las reclamaciones cubiertas por su póliza. La archidiócesis sostiene que las acciones de Chubb han estancado el proceso de resolución, prolongando el dolor y el sufrimiento de los sobrevivientes de abuso.

Chubb contraataca: una guerra de palabras

La respuesta de Chubb a la demanda ha sido agresiva y directa, volviendo a poner el foco en la Iglesia. En una declaración contundente, la compañía de seguros acusó a la Arquidiócesis de Nueva York de complicidad durante décadas en el abuso sexual de niños. «La Arquidiócesis toleró, ocultó y encubrió el abuso sexual infantil desenfrenado durante décadas», se lee en la declaración. Chubb alegó además que la Iglesia está reteniendo información financiera relacionada con lo que sabía sobre el abuso, enmarcando la demanda como un intento de la archidiócesis de «desviar, oscurecer y evadir la responsabilidad».

La postura de Chubb sugiere que la Iglesia, a pesar de su considerable riqueza, está tratando de minimizar su propia carga financiera al compensar a los sobrevivientes, trasladando la culpa a su aseguradora. La batalla legal ha adquirido así un nivel adicional de complejidad, planteando interrogantes sobre la rendición de cuentas, la transparencia y la obligación moral de ambas partes.

Un contexto más amplio: modelos de compensación en otras naciones

El enfrentamiento entre la Arquidiócesis de Nueva York y Chubb se produce en un contexto de diferentes enfoques para manejar las demandas por abuso sexual en todo el mundo.

A medida que se desarrolla la demanda, el conflicto entre la Arquidiócesis de Nueva York y Chubb subraya la lucha más amplia y continua dentro de la Iglesia Católica para llegar a un acuerdo con su historia de abuso y su responsabilidad financiera hacia los sobrevivientes. Para muchos, el caso representa más que una batalla legal: simboliza los esfuerzos de la Iglesia por restaurar la credibilidad y demostrar la responsabilidad ante los ojos de los fieles y el público.

Ya sea que los tribunales se pongan del lado de la Arquidiócesis o de Chubb, el resultado probablemente sentará un precedente sobre cómo se manejan las futuras demandas por abuso, tanto dentro de la Iglesia como por parte de las aseguradoras.

Por ahora, sin embargo, la atención se centra en los supervivientes, que siguen esperando una resolución y una sanación, atrapados en medio de un tira y afloja legal y financiero.

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