Patriarca católico emérito de Jerusalén evidencia que la seguridad de Israel no se puede lograr con violencia

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(ZENIT Noticias / Jerusalén, 05.10.2024).- Un año después de los brutales ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023, la violencia en Tierra Santa continúa sin cesar. Sin embargo, mientras la situación en Israel, Gaza y otros lugares alcanza proporciones catastróficas, el Patriarca Latino Emérito de Jerusalén, Michel Sabbah, y miembros del grupo Reflexión Cristiana han hecho un profundo llamamiento a la esperanza, la justicia y el fin, largamente esperado, del ciclo de violencia que se apodera de la región.

En una declaración publicada recientemente, Sabbah y sus colegas subrayan que el conflicto actual no comenzó con los ataques de 2023. En cambio, rastrean sus raíces en una lucha que dura un siglo, que comenzó en 1917 y alcanzó su punto álgido en momentos cruciales como el establecimiento de Israel en 1948 y la Guerra de los Seis Días de 1967. Según el grupo, la violencia y el sufrimiento han persistido durante generaciones, creando una tragedia duradera tanto para israelíes como para palestinos.

El documento, que reflexiona sobre la incesante represalia militar israelí, sostiene que, si bien la destrucción y la muerte son resultados inevitables de la fuerza, la seguridad de los israelíes no se puede lograr únicamente mediante la violencia. «La verdadera paz solo llegará cuando se ponga fin a la tragedia del pueblo palestino», afirman, instando a una reflexión global sobre las causas más profundas del conflicto. 

Un año de guerra implacable

El año pasado la región se vio sumergida en la guerra, con innumerables vidas perdidas, especialmente en Gaza, donde barrios enteros quedaron reducidos a escombros. «Casas, escuelas, hospitales, todo quedó reducido a polvo», se lee en la declaración. El costo humano es asombroso, con decenas de miles de muertos o heridos en Gaza, Cisjordania, Israel y países vecinos como Líbano, Siria e incluso Yemen. La enfermedad, el hambre y la desesperación están desenfrenadas en Gaza, mientras que la región en general se tambalea al borde de una mayor destrucción.

El grupo también se pregunta si el sueño sionista original de una patria segura para el pueblo judío realmente ha traído la seguridad que prometía. Destacan que, a pesar de décadas de acción militar, Israel sigue atrapado en un ciclo de miedo y violencia que no parece traer una paz duradera a sus ciudadanos.

Silencio e indiferencia de la comunidad internacional

Sabbah y su grupo expresan su decepción con la comunidad internacional, a la que acusan de permanecer en un silencio casi absoluto mientras la violencia se intensifica. Aunque ha habido repetidos llamamientos al cese del fuego, estos han sido a menudo temporales, sin esfuerzos significativos para abordar las causas subyacentes del conflicto. Las armas y la tecnología destructiva siguen llegando a la región, lo que exacerba el sufrimiento y permite que se cometan más crímenes contra la humanidad.

A pesar de la aparente inacción del mundo, el grupo hace un llamamiento a los cristianos, en particular, a encontrar fuerza en su fe. «Aunque estemos exhaustos y paralizados por el dolor y el miedo, no debemos perder la esperanza», insisten. Sabbah insta a los cristianos a apoyarse en las enseñanzas de la Resurrección, una creencia que apunta a la vida y la curación más allá de la muerte y la destrucción. Esto, sugiere, debería inspirar acciones basadas en la justicia, la igualdad y la defensa de todas las vidas humanas, ya sean cristianas, musulmanas o judías.

No es una guerra religiosa, sino una lucha por la justicia

El grupo es claro: el conflicto no es una guerra religiosa, sino una lucha por los derechos fundamentales: justicia, paz, libertad e igualdad. Sabbah y sus colegas subrayan la necesidad de apoyar a todos aquellos, independientemente de su fe, que buscan el fin de la violencia. Esto incluye a los judíos israelíes que, como muchos palestinos, están cansados ​​de las mentiras e ideologías que han perpetuado la destrucción durante demasiado tiempo.

El grupo también desafía a los líderes cristianos, especialmente a los obispos y sacerdotes, a que brinden orientación moral en este tiempo oscuro. «Necesitamos que nuestros pastores nos ayuden a discernir el poder que tenemos cuando estamos unidos», escriben, animando a los fieles a resistirse a caer en el odio. Destacan que la fe en Cristo obliga a los cristianos a abogar por un futuro sin muros ni discriminación, un futuro construido sobre la igualdad y la dignidad de todos.

El camino hacia la paz: abordar la lucha palestina

Los autores de la declaración reconocen que la paz duradera sólo puede lograrse mediante una resolución final de la lucha palestina. El documento pide un acuerdo de paz integral, no ceses del fuego temporales o soluciones provisionales. «El inmenso poder militar de Israel puede destruir, matar y eliminar a los líderes políticos, pero no puede proporcionar la seguridad que necesitan los israelíes», sostienen.

Insisten en que la comunidad internacional debe reconocer que la causa fundamental del conflicto es la negación del derecho del pueblo palestino a vivir libre e igualitariamente en su propia tierra. El grupo cree que sólo abordando esta injusticia se puede romper el ciclo de violencia.

Un llamado a la unidad entre las religiones

Por último, Sabbah y el grupo Christian Reflection subrayan la importancia de la paz y la seguridad internacionales.

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