(ZENIT Noticias / Jerez, 08.08.2024).- El sacerdote salesiano Marco Antonio Martínez Moreno celebró una misa para adolescentes al borde de una piscina durante un campamento de verano con los jóvenes: en el agua, en traje de baño. Invitó a un niño en traje de baño y a una niña en bikini para elevar el cáliz y la hostia consagrada durante el momento más sagrado de la misa, es decir, tras la consagración.

El sacerdote publicó las imágenes en las redes sociales, vestido con alba y estola ante una mesa colocada justo en el borde del agua, fotos que retiró tras la información difundida el 30 de julio por medios españoles.

Hay registro de otras extravagancias del mismo sacerdote en otras misas: en el año 2020 realizó trucos de magia durante una Misa con los alumnos del colegio Nuestra Señora del Rosario, de Rota, con la pérdida del sentido de lo sagrado mediante la búsqueda de una evangelización atractiva.

La Instrucción General del Misal Romano establece las rúbricas para la celebración de la Misa «en una iglesia o, si no hay iglesia o si es demasiado pequeña, entonces en otro lugar respetable que, sin embargo, sea digno de un misterio tan grande».

El borrado de las imágenes por Moreno sugiere que ha caído en la cuenta de que sus acciones fueron inapropiadas.

El obispo de Asidonia-Jerez, José Rico Pavés, denunció las imágenes en las que el sacerdote parece estar «celebrando la Eucaristía de una manera que es manifiestamente contraria a las normas litúrgicas de la Iglesia Católica».

“Tras el escándalo provocado por la publicación de esas fotos, este Obispado ha pedido al mencionado sacerdote una aclaración al respecto, y ha respondido lo siguiente”, dice un comunicado:

«Siento mucho lo que haya podido causar de daño a nuestra querida Iglesia. Evidentemente falta el contexto de la paraliturgia que celebramos. Ni se celebró la Eucaristía en la piscina ni ese momento pertenece a la Eucaristía. Antes de empezar, siempre se hace una explicación de las diferentes partes de la Eucaristía. Ese día tocaba justamente explicar ese momento y su significado junto al Padrenuestro».

Y continúa el comunicado: “Desde el Obispado se le ha recordado que «se maleduca a los jóvenes (niños y adultos) cuando ni siquiera se les ayuda a distinguir la Liturgia de la playa y se provoca escándalo a todos cuando un sacerdote hace y deshace la liturgia a su antojo. No somos dueños de la liturgia ni de los sacramentos, como tampoco lo somos del Evangelio ni de los demás bienes de salvación que la Iglesia ha puesto en nuestras manos. Somos servidores y como tales estamos llamados a evangelizar». Al mismo tiempo, para dejar constancia, se ha enviado al P. Marco Antonio la amonestación escrita, conforme al Derecho (cf. CIC 1339)”.

El sacerdote salesiano ha reiterado sus disculpas por el daño que ha podido ocasionar, ha manifestado estar muy triste por lo ocurrido y ha agradecido la corrección fraterna.

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