Dos cardenales, abusos (¿verdaderos?) y una investigación del Papa

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(ZENIT Noticias / Roma, 15.03.2024).- La Arquidiócesis de Quebec, Canadá, comunicó el 4 de marzo que el Papa Francisco ordenó investigar las acusaciones por abuso sexual contra el Cardenal Gerard Lacroix, cargos que el purpurado ha negado “categóricamente”. Además, el arzobispo Paul Martin, de Wellington, Nueva Zelanda, ha escrito una carta del 7 de marzo a los fieles para dar a conocer que Roma investiga al arzobispo emérito de la diócesis, el cardenal Dew, por un delito semejante.

En cuanto a la Arquidiócesis de Quebec, el 4 de marzo se informó: “El 8 de febrero pasado, el Papa Francisco ha encargado al Sr. André Denis, juez jubilado de la Corte Superior de Quebec, que conduzca una investigación” sobre las acusaciones recibidas contra el Cardenal Lacroix.

El Cardenal Gerard Lacroix es Arzobispo en funciones de Quebec, Canadá, y miembro del Consejo de Cardenales que asesora al Papa Francisco. La acusación dice que abusó de una adolescente de 17 años hace unas cuatro décadas. La demanda contra la Arquidiócesis pide una compensación. El purpurado rechazó la acusación según unos documentos mostrados a la corte encargada del caso, el pasado 25 de enero.

La acusación, iniciada en 2022, se remontaría a hechos supuestamente sucedidos entre los años 1987 y 1988, cuando la presunta víctima tenía 17 años. La investigación del juez André Denis se hará “conforme a las disposiciones del motu proprio Vos estis Lux mundi sobre el trato de acusaciones a un obispo, un arzobispo o un cardenal”, motu proprio emitido por el Papa Francisco en 2019, donde se establecen los procedimientos para prevenir y denunciar los casos de abusos sexuales y su encubrimiento en la Iglesia Católica.

El Papa nombró al juez André Denis investigador en este asunto referido al arzobispo de Quebec antes de ser ordenado sacerdote. El Pontífice señala que “usted se encargará de presentarme un informe detallado de sus pasos y de sus conclusiones”.

La carta del Papa tiene fecha de 8 de febrero de 2024, dos días después de la reunión del Consejo de Cardenales en la que participó el cardenal Lacroix en Roma, aunque, unos días antes, el arzobispo de Quebec anunció que se “retiraba temporalmente” de sus funciones.

El abogado que lleva el caso por parte de la Arquidiócesis de Quebec es Alain Arsenault e informa que “André Denis es la única persona a cargo de la investigación y podía hacer público este mandato si lo juzgaba oportuno. La Diócesis ofrecerá su entera colaboración al señor Denis a petición suya, pero no intervendrá en el curso de la investigación ni en sus averiguaciones”.

El Papa indica en su carta que el juez jubilado André Denis, quien ya ha realizado otras investigaciones en una decena de diócesis, puede “pedir a otras personas que le ayuden en esta investigación, en particular expertos en derecho canónico, cuando corresponda”.

El proceso iniciará con la obtención por el juez de “información relevante sobre los hechos”. Accederá a “los documentos necesarios para los fines de la investigación que se encuentren en los archivos de las oficinas eclesiásticas”. Si teme que los documentos sean «sustraídos o destruidos», deberá tomar «las medidas necesarias para su conservación».

El artículo 13 sobre la realización de investigaciones ordenadas por un dicasterio o un tribunal de la sociedad civil, por el Vaticano o por el Papa, observa que “la presunción de inocencia y la legítima protección de la buena reputación siempre se reconocen a la persona investigada”. Este texto también explica que el investigador informa al interesado “de la investigación a su cargo”, le escucha “sobre los hechos” y le invita “a presentar un escrito de defensa”.

Sobre la investigación del Vaticano al cardenal neozelandés Dew, el arzobispo de Wellington, Paul Martin, publicó una carta el 7 de marzo de 2024 donde expone la investigación de la Iglesia sobre las acusaciones contra el cardenal y habla de “acontecimientos que supuestamente tuvieron lugar en 1977”. El arzobispo asegura que la policía de Nueva Zelanda investigó la acusación. Además, “han afirmado que concluyó su investigación y no se presentarán cargos”.

John Atcherley Dew nació en Waipawa el 5 de mayo de 1948, al este de la isla norte de Nueva Zelanda. Completó sus estudios eclesiásticos en el Seminario del Santo Nombre en Christchurc, y en el Seminario Nacional de Holy Cross College en Mosgiel. El arzobispo Paul Martin recuerda que el cardenal Dew se retiró del arzobispado de Wellington en mayo del año pasado al cumplir 75 años, edad de jubilación para todo obispo católico. Y confirma que el cardenal John se mantuvo al margen de todas las actividades públicas de la iglesia cuando recibió la acusación. También recuerda que “el cardenal John ha afirmado su inocencia en todo momento”.

El cardenal Dew publicó una carta donde aseguró que no conoce a la persona “que hace las acusaciones y nunca le he visto”, sosteniendo que “la acusación en mi contra es falsa”. Añadió que “soy muy consciente de lo angustioso que esto es para muchos: sobrevivientes que han confiado en mí, en nuestra comunidad eclesial y en mis familiares y amigos. Declaro una vez más que todos los incidentes de abuso están mal. Espero y rezo para que todas las víctimas de abuso encuentren paz y curación”.

La acusación apareció en el Canal Three de Nueva Zelanda, que emite noticias locales en televisión. E informó que Steve Carvell, de 54 años, sostuvo que Dew abusó sexualmente de él cuando tenía siete años y que los recuerdos del presunto abuso sexual surgieron en los últimos años: «La razón por la que he decidido compartir mi historia y presentarme hoy es con la esperanza de que otras víctimas saquen algo de fuerza de lo que estoy haciendo».

Es notorio que Carvell también alega haber sido abusado por el padre Noel Donoghue, otro sacerdote ya fallecido, y por una monja en la parroquia de Upper Hutt, de la Arquidiócesis de Wellington, en 1977. La policía dijo a Newshub que han agotado todas las líneas de investigación disponibles sobre la acusación.

El programa de noticias comentó que «la policía no pudo encontrar pruebas suficientes para cumplir con la prueba probatoria, que requiere pruebas suficientes para proporcionar una perspectiva razonable de condena».

El cardenal declaró en su momento: «Mi retiro como arzobispo de Wellington fue anunciado el 5 de mayo del año pasado. El sábado 6 de mayo, me informaron que se había hecho una acusación de abuso sexual en mi contra que se remontaba a 46 años atrás, cuando era sacerdote asistente en Upper Hutt».

Y continuó: «Declaré de inmediato, y lo declaro de nuevo ahora, que nunca ha habido ningún caso de comportamiento impropio o abusivo en mis 48 años de sacerdocio. Me enteré de que la denuncia presentada en mi contra había sido presentada ante la Oficina Nacional de Normas Profesionales de la Iglesia y la Comisión Real de Investigación sobre el Abuso. Seguí los protocolos de la Iglesia y me aparté de cualquier ministerio mientras la Policía investigaba».

También dijo que el asunto fue investigado a fondo por la Policía de Nueva Zelanda, otras personas fueron entrevistadas y las declaraciones juradas proporcionadas a la policía demuestran que estas acusaciones nunca podrían haber sucedido. «La Policía me ha informado de que esta investigación ha concluido, su expediente ha sido cerrado y no se presentarán cargos contra mí. Desde el momento en que me convertí en obispo, he vivido de acuerdo con mi lema episcopal: ‘Paz a través de la integridad’. La integridad siempre ha significado mucho para mí y las palabras de ese lema han guiado mi vida».

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