(ZENIT Noticias / Roma, 02.03.2024).- A lo largo de los últimos días se han dado dos pasos importantes en la causa de beatificación del P. Pedro Arrupe (1907-1991), 28º Superior general de la Compañía de Jesús.
El pasado 19 de febrero, después de cinco años de trabajo, la Comisión Histórica (formada por Gianni La Bella, Monica Borsari, Robert Danieluk, SJ, Massimo De Giuseppe y Carlo Luongo) tomó juramento sobre el trabajo realizado que permitió a la Comisión presentar el material recopilado al tribunal eclesiástico del Vicariato de Roma. Junto al informe que lo acompaña, se incluyen casi diez mil páginas de textos inéditos del P. Arrupe y material impreso relativo a su vida y su fama de santidad.
El 29 de febrero, los miembros del mismo tribunal visitaron la iglesia del Gesù en Roma, donde se encuentra la tumba del padre Arrupe. El objetivo de la visita fue cumplir con el último de los requisitos para un proceso de beatificación: la verificación de que el siervo de Dios no está siendo venerado indebidamente. Esto puede ocurrir cuando al Siervo de Dios se le presentan signos externos de que ya es venerado públicamente como santo (por ejemplo, con la típica aureola alrededor de su cabeza) o es considerado como tal en las celebraciones litúrgicas. Se permiten todos los demás tipos de devoción privada y la difusión espontánea de su fama de santo. Esto lo hace el tribunal visitando su tumba y verificando el resultado de su inspección. La “declaración de no culto” da fe de que en el caso del P. Arrupe se está cumpliendo lo prescrito.
Estas dos condiciones se combinan con el interrogatorio de los testigos y la lectura, por parte de un equipo de teólogos, de las obras publicadas del sujeto para verificar que son conformes a la “fe y las costumbres” de la Iglesia. Este trabajo ha estado en curso desde el inicio oficial del caso el 5 de febrero de 2019. Esto completará el objetivo de esta fase diocesana del proceso, que es la recopilación de información sobre la Sierva de Dios, tanto a través de textos como de declaraciones orales.
De ahora en adelante, lo que queda es que el tribunal organice todos los materiales y las inspecciones relativas al P. Arrupe y los prepare para una sesión pública de clausura en la sede del Vicariato, San Juan de Letrán. Aunque todavía no se conoce la fecha de la sesión, normalmente se celebrará dentro de unos meses.
¿Y después? Tras el cierre, todos los materiales son sellados y enviados al Dicasterio para las Causas de los Santos, donde poco después serán abiertos y se comprobará su contenido para certificar que el proceso canónico diocesano se ha llevado a cabo correctamente. Este es el comienzo de la llamada “fase romana” de la causa, dedicada esencialmente a la redacción de la Positio sobre el Siervo de Dios por la Postulación General, lista para ser examinada y juzgada por la Iglesia.
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