(ZENIT Noticias / París, 03.12.2024).- La gran reapertura de la catedral de Notre Dame el 7 y 8 de diciembre será un momento histórico para París, pero viene con medidas de seguridad extraordinarias. Tras el devastador incendio de 2019, la icónica estructura gótica recibirá a los visitantes una vez más bajo la atenta mirada de miles de agentes de seguridad.
Una ciudad en alerta
El prefecto de la policía de París, Laurent Nuñez, que supervisó la seguridad durante los Juegos Olímpicos de verano de 2024, enfatizó el elevado nivel de amenaza terrorista durante una entrevista con “Le Parisien”. «El nivel de amenaza es muy alto, similar al que manejamos durante los Juegos», afirmó Nuñez. Aunque no se ha identificado ninguna amenaza específica, señaló al extremismo islamista como la principal preocupación de las autoridades.
Para garantizar la seguridad, la Île de la Cité, donde se encuentra Notre Dame, se convertirá en una fortaleza. Las restricciones de acceso incluirán el cierre de las estaciones de metro y tren cercanas, los negocios y los restaurantes. Incluso los emblemáticos paseos en barco por el Sena se detendrán, y el tráfico aéreo sobre la zona se suspenderá durante las ceremonias.
Los residentes de la zona deberán llevar un documento de identidad para acceder a sus hogares, mientras que los turistas y espectadores deberán atravesar estrictos perímetros de seguridad, con el protocolo SILT (Seguridad Interior Contra el Terrorismo) en plena vigencia desde el 7 de diciembre a las 7 a.m. hasta el 8 de diciembre a las 8 p.m.
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Un encuentro histórico
En el interior de la catedral, 3.000 asistentes, incluidos más de 100 jefes de estado y funcionarios de gobierno, presenciarán la inauguración del interior restaurado. Sin embargo, las festividades se extenderán más allá de los muros de la catedral, ya que se espera que aproximadamente 40.000 espectadores se reúnan en el área circundante para ver la ceremonia en pantallas gigantes.
Un esfuerzo de seguridad de múltiples niveles
Aunque Nuñez no dio cifras precisas, el despliegue involucrará a «varios miles» de efectivos, incluidos francotiradores y soldados de la Operación Sentinelle, el grupo de trabajo antiterrorista de Francia. Los sistemas avanzados de vigilancia y gestión de multitudes también desempeñarán un papel clave para garantizar la seguridad durante el evento.
La reapertura coincide con un repunte notable del turismo: se estima que el número de visitantes en París durante la semana del 2 al 8 de diciembre aumentará un 18 % en comparación con el mismo período en 2023, según la Oficina de Turismo.
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