Así fue el segundo día del Papa en Bélgica: oración ante la tumba del rey que no firmó ley pro aborto

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(ZENIT Noticias / Bruselas, 28.09.2024).- El sábado 28 de septiembre, el Papa Francisco continuó su importante visita a Bélgica con una serie de encuentros clave que mostraron su dedicación a la participación de todos los sectores de la sociedad. Desde reuniones con líderes europeos hasta momentos emotivos con personas sin hogar y estudiantes, la jornada del Papa estuvo marcada por la reflexión, el diálogo y el compromiso con la justicia social.

 Mañana en la iglesia de Saint Gilles: compasión por las personas sin hogar

El Papa Francisco comenzó su mañana del sábado con un breve pero significativo intercambio en la Nunciatura Apostólica en Bruselas, donde saludó a importantes figuras europeas, entre ellas Margaritis Schinas, vicepresidente de la Comisión Europea, y representantes de la Organización Mundial de la Salud. Fiel a su estilo personal, el Papa también se tomó el tiempo para interactuar con la gente local, en particular los niños, que se reunieron fuera de la Nunciatura para verlo.

Su siguiente parada, la iglesia de Saint Gilles, marcó el tono de un día centrado en servir a los vulnerables. En un momento conmovedor, el Papa Francisco se reunió con personas sin hogar apoyadas por la parroquia. Esta visita subrayó su profundo compromiso con los marginados de la sociedad, reforzando la misión de la Iglesia de extensión y compasión. Las interacciones del Papa fueron sencillas pero profundas, destacando su creencia de que la Iglesia debe estar con los pobres y abandonados.

 Discurso en la Basílica del Sagrado Corazón: Fortalecimiento del clero

A las 10 a.m., el Papa Francisco había llegado a la Basílica del Sagrado Corazón en Koekelberg para una reunión con los líderes de la Iglesia belga. La reunión incluyó obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas y varios trabajadores pastorales. Recibido con una cálida bienvenida, que incluyó flores ofrecidas por niños, el Papa recorrió la majestuosa Basílica mientras un coro lo cantaba con música sacra.

La sesión estuvo llena de testimonios personales de clérigos, trabajadores pastorales e incluso un capellán de prisión, que ofrecieron una amplia visión del trabajo de la Iglesia en Bélgica. Los testimonios dieron voz a las experiencias de quienes ejercen su ministerio en diversos entornos, desde parroquias hasta prisiones. Después de escuchar, el Papa Francisco pronunció un discurso contundente, en el que subrayó la necesidad de una Iglesia cercana a la gente, arraigada en el servicio y plenamente comprometida con la curación de las heridas, en particular las causadas por el abuso dentro de la Iglesia. Sus palabras transmitieron esperanza y responsabilidad, y exhortaron al clero a encarnar la humildad y la compasión en sus funciones.

Después del evento, el Papa pasó tiempo con personas con discapacidad, subrayando aún más su mensaje de inclusión y cuidado. Luego se reunió brevemente con las autoridades locales y el clero antes de continuar su viaje.

 Un momento de silencio en la Cripta Real

Más tarde, el Papa Francisco visitó la Cripta Real debajo de la Iglesia de Nuestra Señora de Laeken, donde están enterrados muchos miembros de la familia real de Bélgica. Acompañado por el Rey Felipe y la Reina Matilde, hizo una pausa en oración silenciosa ante la tumba del Rey Balduino, a quien elogió por su valentía al mantenerse firme en sus convicciones durante un momento de crisis moral. La reflexión del Papa Francisco sobre el legado del Rey Balduino fue particularmente conmovedora, ya que hizo un llamado a los belgas para que sigan el ejemplo de liderazgo moral del difunto rey en tiempos de dificultad. Sus comentarios también apoyaron la causa en curso para la beatificación de Balduino.

 Encuentro con refugiados: un símbolo de esperanza

Al regresar a la Nunciatura Apostólica, el Papa Francisco saludó a dos familias de refugiados, una cristiana de Siria y una musulmana de Yibuti, que habían sido recibidas en Bélgica a través de corredores humanitarios facilitados por la Comunidad de San Egidio. Este encuentro destacó la defensa persistente del Papa de los refugiados y los migrantes, en particular su creencia en la necesidad de vías seguras y legales para quienes huyen del conflicto y la persecución.

 Una tarde con estudiantes universitarios: Cultivando futuros líderes

Por la tarde, el Papa Francisco centró su atención en los jóvenes, llegando a la Universidad Católica de Lovaina para reunirse con los estudiantes. Recibido por los líderes universitarios y recibido con flores por un joven estudiante, la visita del Papa fue a la vez celebratoria y simbólica. La universidad, que pronto celebrará su 600 aniversario, fue el marco ideal para el mensaje del Papa sobre el papel de la educación en la formación de los líderes del futuro.

Después de firmar el Libro de Honor de la universidad y escuchar una carta leída por los estudiantes, el Papa pronunció un discurso inspirador. Instó a los estudiantes a buscar la verdad, la belleza y la bondad en sus esfuerzos académicos y a convertirse en “artesanos de la paz” a través del diálogo abierto y el servicio activo. Como gesto de gratitud, la universidad le entregó al Papa Francisco un árbol simbólico de los deseos, que representa las aspiraciones de los estudiantes y la comunidad universitaria.

Para concluir su visita, el Papa Francisco recorrió en un carrito de golf los terrenos de la universidad, saludando a la multitud de personas reunidas para verlo.

Reflexión privada con jesuitas y un mensaje esperanzador para los jóvenes

Más tarde, el Papa Francisco visitó el Colegio Saint-Michel para una reunión privada con miembros de la Compañía de Jesús, lo que reflejó sus profundos vínculos con la comunidad jesuita. Después de esta reunión íntima, la jornada del Papa culminó con un evento final: saludó a unos 6.000 jóvenes reunidos en un estadio cercano para “Hope Happening”. El enérgico evento brindó una oportunidad para que el Papa se conectara con la próxima generación, ofreciéndoles un mensaje de esperanza y aliento en un mundo que a menudo parece plagado de incertidumbre. 

Un día de compromiso y servicio

El segundo día del Papa Francisco en Bélgica fue un profundo testimonio de su visión pastoral, centrada en el compromiso tanto con los más vulnerables de la sociedad como con aquellos en posiciones de liderazgo. Desde sus oraciones privadas en la cripta real hasta su encuentro con los refugiados y su discurso a los estudiantes, el Papa enfatizó constantemente temas de compasión, coraje moral y el poder transformador del servicio. Al despedirse de su ajetreada jornada, dejó tras de sí no sólo palabras sino también una sensación tangible de esperanza para el futuro de Bélgica.

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