(ZENIT Noticias / Roma, 17.09.2024).- Una disputa sobre la propiedad de uno de los monumentos más icónicos de Roma ha generado una pequeña tormenta diplomática entre Italia y Francia. Mientras el Papa Francisco se encontraba en un viaje pastoral por Asia y Oceanía, una sentencia de la Corte de Cuentas de Francia puso en duda la soberanía italiana sobre la famosa Escalera Española y la iglesia adyacente, Trinità dei Monti, en la Piazza di Spagna.

La “Escalera Española”: ¿una joya francesa en el corazón de Roma?

El fallo del tribunal francés insinuó que Francia, y no Italia o el Vaticano, podría ser la propietaria de este emblemático lugar, un símbolo clave del paisaje romano. La escalera, conocida como “Scalinata” en italiano y como Escalera Española en español, conecta la Plaza de España con la iglesia Trinità dei Monti. Se trata de uno de los destinos más visitados de Roma.

Este anuncio no fue bien recibido en Italia. De hecho, provocó una fuerte reacción por parte de políticos y ciudadanos italianos que consideran ridícula la idea de que un monumento tan representativo de su patrimonio cultural pueda pertenecer a otro país. «Es absurdo», escribió un influyente político italiano en las redes sociales, insinuando que si este fuera el caso, Italia podría reclamar varios bienes «robados» que ahora se exhiben en el Louvre de París.

Las complejidades históricas detrás de la disputa

La confusión surge de una serie de acuerdos internacionales que se remontan al siglo XVII, cuando Francia comenzó a administrar una serie de propiedades eclesiásticas en Roma. Entre estas propiedades figuran cinco iglesias, incluidas Trinità dei Monti y San Luigi dei Francesi, famoso recinto religioso que alberga obras maestras del pintor Caravaggio.

La conexión histórica con Francia se extiende también a la Escalera Española, cuyo diseño fue financiado por el rey Luis XV de Francia y realizada por un arquitecto francés entre 1723 y 1725. No obstante, los expertos señalan que, a pesar de esta herencia francesa, la iglesia y la escalera se encuentran en suelo italiano y no gozan de estatus extraterritorial en el derecho internacional.

Un informe que revela problemas de gestión

El fallo del tribunal francés no solo puso en duda la propiedad, sino que también reveló graves deficiencias en la gestión de las propiedades administradas por la fundación “Pieux établissements de la France à Rome”, bajo la supervisión de la embajada francesa en Italia. El informe criticó la «opacidad» en la toma de decisiones y citó casos de malversación de fondos, falta de mantenimiento y problemas con las adquisiciones.

Uno de los puntos que generó más controversia fue la utilización de una estructura vinculada a la iglesia de Trinità dei Monti, que originalmente fue confiada a una comunidad de monjas francesas para gestionar una escuela para niñas. Hoy, este edificio es ocupado por una costosa escuela privada italiana en la que solo el tres por ciento del alumnado es extranjero, lo que contradice el espíritu original del acuerdo.

Francia reacciona y promete soluciones

En respuesta a las críticas del tribunal, los “Pieux établissements de la France à Rome” emitieron un comunicado en el que afirmaron que muchos de los problemas señalados ya se han solucionado. Según la fundación, actualmente se siguen las normas en las compras, los alquileres se fijan de acuerdo con las condiciones del mercado y se está llevando a cabo un inventario completo con la ayuda de un nuevo sistema de software.

A pesar de las tensiones diplomáticas, la mayoría de los observadores legales coinciden en que, si bien Francia puede tener derecho a revisar la gestión de las propiedades bajo su administración, no puede reclamar la plena propiedad de estos inmuebles. La soberanía sobre Trinità dei Monti y la Escalera Española sigue perteneciendo al Vaticano o al Estado italiano.

Más allá de la propiedad: el legado espiritual

Hoy en día, la iglesia de Trinità dei Monti está bajo el cuidado de la Comunidad del Emmanuel, una organización católica fundada en Francia en 1972. Este grupo ha mantenido viva la misión espiritual del lugar, que sigue siendo un punto de referencia para turistas y peregrinos por igual.

Mientras tanto, la disputa entre Francia e Italia sobre la propiedad de este tesoro arquitectónico plantea preguntas interesantes sobre la preservación del patrimonio histórico en un mundo globalizado. Aunque aún no se ha resuelto de manera definitiva, lo que es seguro es que la Escalera Española seguirá siendo un símbolo de la belleza y el legado cultural de Roma, independientemente de quién ostente su título de propiedad.

Con información de Catholic Herald.

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