(ZENIT Noticias / Dublín, 15.09.2024).- Una investigación del Gobierno irlandés encontró 884 presuntos abusadores sexuales en más de 300 escuelas de todo el país entre 1927 y 2013. Se habla de 2.395 denuncias. La prensa mundial ha difundido enseguida la noticia.

Los casos de abuso sexual infantil en escuelas religiosas católicas reclaman un plan de reparación y que las órdenes religiosas contribuyan. Los casos se refieren a 22 condados de la República e involucran a escuelas dirigidas por 24 órdenes religiosas.

La investigación subraya que el mayor número de casos de abusos ocurrió a principios y mediados de la década de 1970, aunque no establece el procedimiento de estudio para asegurar el dato, pues antes de ese año era difícil confirmar los datos por el tiempo transcurrido y extraña que después hayan disminuido sin causa aparente.

La investigación fue encabezada por la abogada Mary O’Toole después que un documental radiofónico de RTÉ revelara abusos en el Blackrock College, escuela de Dublín dirigida por los espiritanos y en su escuela preparatoria Willow Park.

Casos de religiosos pedófilos descubiertos incitaron la investigación. Algunos grupos ensalzan la respuesta de órdenes, como los jesuitas, por reconocer y mostrar apertura ante los fallos. Los grupos de apoyo a la infancia insisten en investigar a las congregaciones religiosas católicas, aunque no promueven igual análisis sobre las escuelas laicas o gubernamentales.

La ministra de Educación de Irlanda, Norma Foley, conservadora liberal, subraya los abusos como impactantes en una rueda de prensa: «Esta es la primera vez que se revela la magnitud de las acusaciones de abuso sexual infantil en las escuelas dirigidas por órdenes religiosas, sobre la base de la información proporcionada por las propias órdenes religiosas y por los supervivientes».

Como resultado del informe, el Ministro de Educación anunció la creación de una Comisión de Investigación sobre los abusos en las escuelas religiosas. ¿Por qué solo religiosas? ¿No existen en escuelas laicas?

Admitiendo los datos de la investigación y hallando el promedio de 884 abusadores entre 1927 y 2013, resultan 10 acusadores por año. Y, tomando en cuenta que eran unos 15,000 miembros de las congregaciones religiosas que trabajaban en Irlanda cada año, reflejan 0.00066 de personas contaminadas por el mal entre los católicos consagrados. Si se multiplica el dato por 10, para admitir abusos no denunciados, se trata de 0.0066 en los fallos. Y, concediendo que son 100 veces más, encontramos el abuso de 0.066 de personas consagradas que habrían sido pederastas. Aun con tan bajos porcentajes, condescendiendo muy ampliamente, el daño de las informaciones a la Iglesia supera los datos.

RTÉ destaca que muchos participantes en la investigación creían que hubo encubrimiento en las escuelas o en las órdenes religiosas, incluso en algunas instituciones del Estado y de la Iglesia. Aunque estos datos no se han comprobado, se entrevé la técnica de soltar al aire una acusación sin pruebas que hiere el prestigio de las instituciones católicas.

Las informaciones aparecieron en 1994 y han herido al catolicismo irlandés. Es bueno reflexionar por qué se investigan tanto los fallos en sexualidad de sacerdotes y religiosos católicos y nunca se investiga a miembros de instituciones laicas, a los órganos de gobiernos locales o estatales ni a asociaciones de artistas o periodistas.

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