(ZENIT Noticias / Caracas, 18.08.2024).- Mons. Alberto Ortega Martín, nuncio apostólico en Venezuela, presentó sus cartas credenciales al Presidente de la República Bolivariana el 14 de agosto de 2024 en el salón Sol del Perú de la Presidencia. En el acto estaba presente Nicolás Maduro Moros, el canciller Yván Gil, viceministro de Relaciones Exteriores para Europa, Coromoto Godoy, encargado de negocios del gobierno, y Cilia Flores, primera dama.

El nombramiento de Monseñor Alberto Ortega Martín recibió la aprobación de Maduro en mayo, muestra del interés de la Santa Sede por una actitud prudente en el trato de ambos países que facilite la vida de los católicos venezolanos.

Las autoridades del Episcopado venezolano estuvieron ausentes, ya que, desde que el 29 de julio, día siguiente a las últimas elecciones, pidieron a Maduro “garantizar la transparencia de los resultados”.

La Tercera Logia (como se llama a la Secretaría de Estado del Vaticano) manifestó el temor de que se reproduzca una posición de los obispos semejante a la existente en Nicaragua. El nombramiento del Nuncio llega tras largo período por el traslado de Mons. Aldo Giordano como nuevo Nuncio ante la Unión Europea. La presentación de las cartas credenciales se decide por el país que recibe al nuncio. Algunos especulan que el actual presidente Maduro quiere hacer creer una aprobación por parte de la Santa Sede a su gobierno.

En el Ángelus del domingo 4 de agosto, el Papa Francisco manifestó: «Expreso mi preocupación por Venezuela, que vive una situación crítica. Hago un llamamiento sincero a todas las partes para que busquen la verdad, ejerzan moderación, eviten todo tipo de violencia, resuelvan las controversias mediante el diálogo, se preocupen por el verdadero bien de la población y no por intereses partidistas. Encomendemos este país a la intercesión de Nuestra Señora de Coromoto, tan amada y venerada por los venezolanos, y a la oración del beato José Gregorio Hernández, cuya figura todos compartimos».

Los obispos venezolanos han condenado enérgicamente la falta de transparencia en las elecciones, subrayando que «desconocer la voluntad popular es ilegal y éticamente inaceptable».

Los medios de comunicación venezolanos simpatizantes con el Estado, como VTV y Telesur, han asegurado que “se impone así una nueva agenda de trabajo entre Venezuela y el Vaticano, siempre en el contexto del respeto a la autodeterminación de los pueblos”.

Ante el uso de la violencia en las manifestaciones públicas y la actuación de los cuerpos policiales de civiles armados, los obispos venezolanos también rechazaron “las restricciones a la libertad de expresión y movilización, las detenciones o allanamientos arbitrarios, el encarcelamiento de personas, muchas de ellas menores de edad, sin el debido proceso”.

El experto vaticano Rixio Portillo, profesor de la Universidad de Monterrey, declaró que la entrega de credenciales “es solo un acto protocolar”, dejando de lado la interpretación del encuentro oficial como reconocimiento de la Santa Sede a la victoria de Maduro. Además, debe considerarse que “actualmente él es un presidente en ejercicio, aunque también cuestionado”.

En la ceremonia que duró 25 minutos, Maduro entregó al Nuncio un cuadro del beato José Gregorio Hernández y el diplomático le regaló el libro del Papa Francisco “¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?”, donde invita al mundo a pedir ayuda y misericordia a Dios.

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