(ZENIT Noticias / Santa Fe, 07.03.2024).- Sergio Alfredo Fenoy, arzobispo de Santa Fe en Argentina, inició el proceso de beatificación de la religiosa Cecilia María de la Santa Faz, carmelita fallecida en 2016 con ejemplar vivencia de la alegría cristiana.
El edicto del arzobispo, con fecha 14 de febrero de 2024, resalta «el testimonio de amor y confianza en Jesucristo» de Cecilia María Sánchez Sorondo, nacida en Neuquén, Argentina, en 1973. La hermana Cecilia, «aun en medio de las pruebas más duras, ha despertado en muchos corazones el deseo de un mayor compromiso en la vida cristiana», dio testimonio de fe con una sonrisa que se hizo viral tras su muerte, el 22 de junio de 2016.
El documento expone que, «con el paso de los años», creció «su fama de santidad y de signos», lo cual impulsó al postulador, el carmelita Marco Chiesa, la apertura del proceso basado en su ejemplo cristiano en medio los dolores producidos por el cáncer de lengua que produjo metástasis pulmonar rápidamente. El tratamiento en Buenos Aires difundió su fama de santidad, divulgada por familiares y hermanas del convento en Santa Fe.
Segunda de diez hermanos, enfermera y virtuosa del violín, ingresó en el Monasterio de Santa Teresa y San José en 1996. Hizo sus primeros votos en 1997 y la profesión perpetua en 2003. Tenía 43 años al morir. En enero de 2016, le colocaron un botón de gastrostomía y no pudo volver a comer ni beber. El 19 de marzo regresó a Santa Fe, pero requirió un nuevo tratamiento en la capital argentina. Volvió al convento para vivir sus últimos días en su comunidad.
Declaró un último deseo: “Estaba pensando cómo quería que fuera mi funeral. Primero un poco de fuerte oración, y después una gran fiesta para todos. ¡No se olviden de rezar, pero tampoco de celebrar!”
Los testimonios recuerdan su carácter alegre y extravertido. En 2016, las fotos de una monja sonriente con los catéteres en el rostro, sobre la cama de hospital y la sonrisa limpia se dispararon en las redes sociales ante la cercanía de su muerte.
Las carmelitas descalzas de su convento comentaron tras el fallecimiento que vivió la enfermedad dolorosa «siempre con alegría y entrega a su Divino Esposo». Expusieron su seguridad de que «creemos que voló directamente al cielo». Además, «igualmente les rogamos que no dejen de encomendarla en sus oraciones, que ella desde el cielo se los pagará».
El arzobispo Fenoy pidió enviar a la causa de beatificación todos los «elementos favorables o contrarios a la reputación de santidad» de la religiosa, sean documentos o testimonios verbales.
Aleteia obtuvo más información directa del convento de Santa Fe y subraya su alegría constante en la enfermedad, sostenida por el apoyo de numerosos familiares que la visitaron en sus últimos días. Sobrinos y sobrinas alegres, congregados en los jardines exteriores del hospital donde estuvo ingresada, el enviaban mensajes y globos para distraerla y entretenerla.
La priora del convento, Madre María Magdalena de Jesús, comunicó al año de su muerte: “Nos quería mucho y tenía un don especial para llegar a los corazones. El amor que tenía para nosotras siempre fue exigente y fiel. Estaba preocupada por todas nuestras necesidades y fue muy atenta a los problemas de nuestras familias”. Durante la enfermedad, «al igual que en toda su vida, luchó para identificar lo que Dios le pedía”.
Gracias por leer nuestros contenidos. Si deseas recibir el mail diario con las noticias de ZENIT puedes suscribirte gratuitamente a través de
The post
Leave a Reply