(ZENIT Noticias / Tampa, 28.02.2024).- Del 25 al 28 de febrero de 2024, los líderes de los obispos de las Américas se congregaron en la Bahía de Tampa, en la costa del golfo de Florida, para abordar una agenda diversa y urgente que refleja los desafíos contemporáneos que enfrenta la Iglesia Católica en el continente.
En esta reunión de trabajo, dirigida por las directivas del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), la Conferencia Episcopal de Estados Unidos y la Conferencia Episcopal de Canadá, se discutieron temas cruciales que van desde la actualización del trabajo pastoral hasta la crisis migratoria y climática.
Los participantes, encabezados por figuras destacadas como Monseñor Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre (Brasil) y presidente del CELAM, se sumergieron en un análisis profundo del camino recorrido por el CELAM a lo largo de casi 70 años, desde su fundación en 1955 por el Papa Pío XII en respuesta a la primera Conferencia General de Obispos Latinoamericanos en Río de Janeiro.
Una de las principales áreas de enfoque fue el proceso de renovación y reestructuración del CELAM, iniciado en 2019, que ha adoptado formas sinodales y descentralizadas en la toma de decisiones para promover un trabajo más colaborativo y efectivo en toda la región. Este proceso ha llevado a los obispos a repensar sus formas de organización, pasando de esquemas tradicionales a un enfoque más articulado y ágil.
En este nuevo cuatrienio (2023-2027), se han propuesto seis dimensiones pastorales que articulan un camino de comunión y participación misionera, destacando la importancia del anuncio de la fe, la formación integral, la espiritualidad encarnada, la fraternidad compasiva y el compromiso con el cuidado de la casa común.
Como parte de esta renovación, se han establecido Centros Pastorales dedicados a la gestión del conocimiento, programas y redes de acción pastoral, formación y comunicación, cada uno abordando áreas específicas con el objetivo de promover una Iglesia más sinodal y comprometida con las necesidades de la sociedad.
Además de abordar temas pastorales, los obispos también compartieron preocupaciones comunes sobre cuestiones morales, como la eutanasia, la migración y las amenazas ecológicas. En un gesto de solidaridad y cooperación, enviaron una carta al Papa Francisco para informarle sobre sus discusiones y explorar iniciativas conjuntas, especialmente en áreas relacionadas con el medio ambiente y la migración.
En resumen, el encuentro de los obispos de las Américas fortaleció los lazos de colaboración y solidaridad entre las diversas conferencias episcopales, demostrando un compromiso renovado con la misión de la Iglesia en la región y un enfoque hacia un futuro más esperanzador y fructífero en la viña del Señor.
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